Nunca encuentro nada interesante que contar por aquí pero por fin me gustaría compartir la alegría de tener dos álbumes ilustrados esperando llegar a las librerías. La semana pasada me llegaron las pruebas de cada uno y aún sigo emocionada. Di saltos como una niña al recibir al mensajero y comprobar que el remitente era Cuento de Luz, la maravillosa editorial que ha convertido en libros unos simples textos.
Ana Eulate (o como yo prefiero llamarla en nuestras conversaciones: mi querida Mamá Luz) fue quien vio en "Los despistes del abuelo Pedro" una historia que debía compartirse. El elegido para agrandar la idea primitiva fue Miguel Ángel Díez, genial ilustrador que, con paciencia y gran tino, ha construido los rostros de Óscar, su abuelo, la mamá y el genial gato Gárgamel. Cierto aire nórdico, caras que enlazan varios planos al mismo tiempo, detalles cuidadosamente confeccionados, colores otoñales intensos y espacios originalmente presentados, ponen cara a un texto que siempre quise ver en papel. Creo que Mamá Luz acertó en enlazar el texto original con los pinceles de un artistazo como Díez. A partir de ahora, Óscar tiene rostro, el que quiso elegirle este maravilloso alicantino cuyos ocres, azules y verdes me han enamorado. Y es que si alguna vez habéis pensado que no había posibilidad de nuevos colores en el mundo os equivocabais, Miguel Ángel sabe dar granates que recogen desde el naranja del amanecer hasta el pudor de un sonrojo, verdes donde duermen pájaros insomnes y azules donde se encuentran todos los océanos posibles. Alucinante.
En la contraportada de la cuidada edición podemos leer el siguiente resumen:
Mi abuelo Pedro está un poco despistado: mete el pollo en la lavadora, confunde toallas con servilletas, guantes con calcetines, ¡y hasta se olvida muchas veces de mi nombre! Para evitar que el mal vaya a mayores ha venido a vivir a nuestra casa. Me alegra que esté con nosotros, aunque ya me he metido en más de un lío por intentar ayudarle. Pero haría lo que fuera para que mi abuelo no olvidase las cosas. Lo que fuera.
Y vosotros, ¿qué haríais por aquellos que queréis? La pérdida de memoria afecta a un gran número de ancianos. El cariño y la comprensión son la mejor manera de sobrellevar esta dolencia. ¿Qué mejor apoyo que la ayuda de un nieto travieso? En Los despistes del abuelo Pedro la enfermedad es enfocada desde el sentido del humor pues, ante los obstáculos, la mejor compañía es siempre una sonrisa.
Si alguien está interesado pero prefiere leerlo en inglés aquí encontráis algunas páginas completas.
Ya, lo sé, lo sé. Os mencionaba dos álbumes, sí. Uno, ya lo estáis conociendo, se titula en inglés "Grandpa Monty´s muddles" (me encanta cómo queda el nuevo nombre al rostro pintado por Miguel Ángel).
El segundo es "Hijito pollito" y cuenta con una puesta en escena muy diferente. Nora Hilb, conocida ilustradora argentina que tomó una acertada decisión: elegir los lápices de colores como método para dar vida a los lindos personajes de este cuento. La dulzura que brota de los peculiares trazos del lápiz, el blanco que domina limpio e ingenuo el total de la página, las composiciones armónicas de Nora y sus divertidos detalles, hacen de la parte visual de este libro su punto fuerte. Desde que me llegó "Hijito pollito" no me canso de mirar al pequeño pollo y a su mamá gato. ¿Cómo? ¿Que no puede tener una mamá gato un lindo pollito? ¡Claro que sí! Os lo cuento ya mismo:
Es cierto que la mayoría de pollitos tienen mamás gallina, que los perritos tienen papás perro, los elefantes familias elefante y las hormigas hijas hormiga, pero hay familias diferentes. La mía, por ejemplo. ¡Ser diferente es genial! Yo soy un pollito y mi mamá es una gata. ¡Y me encanta! Pocos comprenden que para mí tener una mamá gata es lo más divertido del mundo. Mamá trota, tiene bigotitos con los que me hace cosquillas, una cola preciosa y un pelo muy muy suave. ¿Qué más podría pedir? ¿Queréis conocer mi historia?
Hijito Pollito es un cuento que aborda la diversidad desde el sentido del humor. Un cuento que sensibiliza sobre el derecho del niño a tener una familia basada en un amor que sobrepase el color de la piel, las diferencias y las fronteras.
Y sí, claro que "Hijito pollito" está editado también en inglés. Para quien no lo sepa contaré que Cuento de Luz, además de distribuir bajo pedido por Internet, tiene sus libros disponibles en América Latina, Estados Unidos, Canadá y por supuesto también en España. Y es que aunque joven, esta editorial sabe lo que hace. Ya ha recibido premios en Inglaterra y EEUU y a saber qué más éxitos va a labrar en el futuro. Me alegra enormemente poder colaborar con gente tan animosa y emprendedora.
Nunca encuentro nada interesante que contar por aquí pero por fin me gustaría compartir la alegría de tener dos álbumes ilustrados esperando llegar a las librerías. La semana pasada me llegaron las pruebas de cada uno y aún sigo emocionada. Di saltos como una niña al recibir al mensajero y comprobar que el remitente era Cuento de Luz, la maravillosa editorial que ha convertido en libros unos simples textos.
Ana Eulate (o como yo prefiero llamarla en nuestras conversaciones: mi querida Mamá Luz) fue quien vio en "Los despistes del abuelo Pedro" una historia que debía compartirse. El elegido para agrandar la idea primitiva fue Miguel Ángel Díez, genial ilustrador que, con paciencia y gran tino, ha construido los rostros de Óscar, su abuelo, la mamá y el genial gato Gárgamel. Cierto aire nórdico, caras que enlazan varios planos al mismo tiempo, detalles cuidadosamente confeccionados, colores otoñales intensos y espacios originalmente presentados, ponen cara a un texto que siempre quise ver en papel. Creo que Mamá Luz acertó en enlazar el texto original con los pinceles de un artistazo como Díez. A partir de ahora, Óscar tiene rostro, el que quiso elegirle este maravilloso alicantino cuyos ocres, azules y verdes me han enamorado. Y es que si alguna vez habéis pensado que no había posibilidad de nuevos colores en el mundo os equivocabais, Miguel Ángel sabe dar granates que recogen desde el naranja del amanecer hasta el pudor de un sonrojo, verdes donde duermen pájaros insomnes y azules donde se encuentran todos los océanos posibles. Alucinante.
En la contraportada de la cuidada edición podemos leer el siguiente resumen:
Mi abuelo Pedro está un poco despistado: mete el pollo en la lavadora, confunde toallas con servilletas, guantes con calcetines, ¡y hasta se olvida muchas veces de mi nombre! Para evitar que el mal vaya a mayores ha venido a vivir a nuestra casa. Me alegra que esté con nosotros, aunque ya me he metido en más de un lío por intentar ayudarle. Pero haría lo que fuera para que mi abuelo no olvidase las cosas. Lo que fuera.
Y vosotros, ¿qué haríais por aquellos que queréis? La pérdida de memoria afecta a un gran número de ancianos. El cariño y la comprensión son la mejor manera de sobrellevar esta dolencia. ¿Qué mejor apoyo que la ayuda de un nieto travieso? En Los despistes del abuelo Pedro la enfermedad es enfocada desde el sentido del humor pues, ante los obstáculos, la mejor compañía es siempre una sonrisa.
Si alguien está interesado pero prefiere leerlo en inglés aquí encontráis algunas páginas completas.
Ya, lo sé, lo sé. Os mencionaba dos álbumes, sí. Uno, ya lo estáis conociendo, se titula en inglés "Grandpa Monty´s muddles" (me encanta cómo queda el nuevo nombre al rostro pintado por Miguel Ángel).
El segundo es "Hijito pollito" y cuenta con una puesta en escena muy diferente. Nora Hilb, conocida ilustradora argentina que tomó una acertada decisión: elegir los lápices de colores como método para dar vida a los lindos personajes de este cuento. La dulzura que brota de los peculiares trazos del lápiz, el blanco que domina limpio e ingenuo el total de la página, las composiciones armónicas de Nora y sus divertidos detalles, hacen de la parte visual de este libro su punto fuerte. Desde que me llegó "Hijito pollito" no me canso de mirar al pequeño pollo y a su mamá gato. ¿Cómo? ¿Que no puede tener una mamá gato un lindo pollito? ¡Claro que sí! Os lo cuento ya mismo:
Es cierto que la mayoría de pollitos tienen mamás gallina, que los perritos tienen papás perro, los elefantes familias elefante y las hormigas hijas hormiga, pero hay familias diferentes. La mía, por ejemplo. ¡Ser diferente es genial! Yo soy un pollito y mi mamá es una gata. ¡Y me encanta! Pocos comprenden que para mí tener una mamá gata es lo más divertido del mundo. Mamá trota, tiene bigotitos con los que me hace cosquillas, una cola preciosa y un pelo muy muy suave. ¿Qué más podría pedir? ¿Queréis conocer mi historia?
Hijito Pollito es un cuento que aborda la diversidad desde el sentido del humor. Un cuento que sensibiliza sobre el derecho del niño a tener una familia basada en un amor que sobrepase el color de la piel, las diferencias y las fronteras.
Y sí, claro que "Hijito pollito" está editado también en inglés. Para quien no lo sepa contaré que Cuento de Luz, además de distribuir bajo pedido por Internet, tiene sus libros disponibles en América Latina, Estados Unidos, Canadá y por supuesto también en España. Y es que aunque joven, esta editorial sabe lo que hace. Ya ha recibido premios en Inglaterra y EEUU y a saber qué más éxitos va a labrar en el futuro. Me alegra enormemente poder colaborar con gente tan animosa y emprendedora.
Me encanta la marcianada, ¡y nunca mejor dicho! ¿A quién se le ocurrirán estas cosas?
INAUGURACIÓN DEL PASEO DE LAS LETRAS EN MOLINA DE SEGURA
En los últimos años, Molina de Segura se ha convertido en un foco de actividad cultural, destacando especialmente la actividad literaria. Por un lado, gracias a los eventos organizados desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, tales como el Premio Setenil, el ciclo Escritores en su Tinta, la Primavera del Libro o la publicación de títulos propios. Por otro lado, gracias a la sorprendente aparición en poco tiempo de numerosos escritores nacidos o residentes en la ciudad que publican en editoriales de ámbito nacional.
El lunes 28 de marzo, a las 19:00 h, se inaugura el Paseo de las Letras en el Parque de la Compañía, junto al Ayuntamiento, con 10 placas dedicadas a otros tantos escritores nacidos o residentes en Molina de Segura. A modo del hollywoodiense Paseo de la Fama, este nuevo bulevar se hace eco de la eclosión literaria que está experimentando la ciudad. El motivo gráfico de dichas placas no será una estrella, sino un meteorito, pues una curiosa leyenda relaciona esta confluencia de escritores con la caída sobre Molina de Segura, en 1858, del mayor meteorito jamás registrado en España.
La lista de los 10 escritores que figuran en esta primera puesta de placas se ha escogido teniendo en cuenta que sean nacidos o residentes en Molina de Segura y que hayan publicado al menos una obra de ficción, como autor único, en alguna editorial de ámbito nacional, excluyéndose ediciones públicas y autoediciones. En todo caso, se trata de una lista abierta, que se ampliará con los años. Los 10 escritores son, ordenados cronológicamente, Salvador García Aguilar, Elías Meana, Lola López Mondéjar, Paco López Mengual, Pablo de Aguilar González, Manuel Moyano, Rubén Castillo Gallego, Jerónimo Tristante, Marta Zafrilla y Lorena Moreno.
Que no haya luego reprimendas si nadie recibe invitaciones.
El martes intervengo en el Ciclo "La palabra creadora. Literatura en Murcia: poetas y narradores". Ya veremos como qué voy, ahora que no me siento ni una cosa ni la otra. A ver.
Será el martes 14 a las 19:00 en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia.
Sirva esta entrada para anunciar que paso a escribir regularmente en otro blog, Los libros del Guisantito. Utilizo para ello un hermoso poema de Joseda Espejo. Sus versos resultan duros tal vez, pero la intensidad es bella incluso desde la propia tristeza.
Encontraréis en Los libros del Guisantito un diario de lecturas de libros infantiles y álbumes ilustrados. Casi a diario leo en voz alta para mi panza y el guisantito que en ella crece. Con música (siempre buena música de fondo) me dirijo a mi pequeño transmitiéndole mi curiosidad y entusiasmo por las letras y las bonitas ilustraciones que suelen acompañar a estos libros para pequeños y no tan pequeños lectores.
Mojaos en la esperanza de estos versos de Joseda Espejo que siempre me han dado fuerza. Más ahora que he de luchar por dos.
MIGUELITO BATTLES THE PINK ROBOTS
Yo que tanto sabía, sobre el papel, de la Nada
no sabía que la Nada consistía en despertarse
un lunes a las dos con la cama empapada
y que aquello fuera sangre, y que la sangre viniera
del útero de Charo embarazada de tres meses
de mi pequeño, mi amado, mi precioso hijo Miguel.
La Nada prosiguió en una sala de urgencias,
una médico que dijo que no había nada que hacer
y nos mandó para casa, a esperar un milagro,
durante dos días. Qué sabía yo, de la Nada,
o la Nada de mí, y ahí nos vimos las caras,
nos sacudimos bien. Y los días pasaron,
pero no como días normales hechos de tiempo,
sino como libros eternos, de páginas iguales.
Te dije tantas, tantas veces las mismas frases
que me dio miedo que te hartaras de mí.
Te dije agárrate, quédate ahí con la mamma,
te dije ven, o salta de este lado,
o dame la mano hasta que se olviden de ti
éstos que vienen a buscarte, y sobre todo
te dije, Miguel, tienes que ver esto,
tienes que ver esto, muchachito, vas a ver.
Entonces yo, que tanto había leído de la Nada,
me preguntaba sorprendido: ¿qué tiene que ver?
¿qué es eso que estás viendo tan valioso
ahora, tras tus cursos de la Nada,
tu licenciatura en Nada, qué hay que merezca
ser visto, que no te puedes perder?
Ah, era ésa una pregunta difícil.
Yo ya sabía la respuesta, pero aún
no podía formularla, y miraba
las montañas del sur de la ciudad
repletas de pinos tostados, los árboles de las aceras,
lo poco que a mediodía en julio se ve
sin gafas de sol ni haber dormido,
más que nada miraba las chicas,
las nubes en fuga, el cielo azul
y repetía: Miguel,
tienes que ver esto, cómo puedes decirme
que vas a dejarlo todo, que te largas
a estudiar el lenguaje de las sombras
con todo lo que tengo que enseñarte,
con todo lo que aún no has visto por aquí,
pequeño Miguel.
Y llegó el jueves como llega
hasta en las pesadillas el final de la escalera
y te vimos moverte en una ecografía
con el corazón a ciento diez, y sonreímos,
y a mí volvieron las voces a preguntarme
qué era eso que había que ver
tan importante, si no creía en la Nada
y en el Existencialismo, yo, tan leído,
que qué pasaba con Beckett, entonces, que le dijera
a él lo que a Miguel un poco antes,
que volviera al redil. Y contesté:
qué coño. Y repetí: qué coño, señores,
de acuerdo que no hay Dios, pero qué importa
si tenemos esto otro: las montañas,
el camino hacia la playa (en ese punto
los dejé solos y hablé para Miguel),
y la brisa del mar y los pasteles de carne
y la voz de Keren Ann y a Miyazaki
y los libros de Žižek y los pechos de tu mamma,
cómo puedes pensar en perdértelo sin probar,
cómo puedes desertar sin hacerte tu lista
de placeres irrenunciables, contrastándolos todos,
sabiendo de qué hablas cuando hablas de amor.
Otra cosa no te doy, pero es suficiente,
y a cambio nada pido. O si acaso
que no te hagas concejal de Urbanismo
ni traficante de armas, que no le cuentes
a las madres de tus amigos
las palabras que te enseño en este poema,
lo mal que hablamos, tú y yo, cuando decimos la verdad,
los terribles insultos que lanzamos a los siervos de la Nada.
B.S.: Yoshimi battles the pink robots, de Flaming lips
"Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar. Y yo acudiré a tu llamada".
"Y si no pudieras dominar la situación: ¡Dame un silbidito!"