E se domani



E se domani

E se domani
io non potessi
rivedere te?
Mettiamo il caso
che ti sentissi
stanco di me?
Quello che basta
all'altra gente
non mi darà
Nemmeno l'ombra
della perduta
felicità
E se domani
e sottolineo "se"
all'improvviso
perdessi te
Avrei perduto
il mondo intero,
non solo te...
E se domani
e sottolineo "se"
all'improvviso
perdessi te
Avrei perduto
il mondo intero
non solo te...

Mina

Medicine man





La canción del día: "Medicine man", de The hush sound

Ponga un roedor en su vida


Me encantan las pelis de animación. ¿Lo había dicho?
Eso sí, he de decir que desde Ratatouille no lloro de la risa ni me embobo con cada uno de los detalles. No, ni siquiera con Wall·E. Hoy descubro que tampoco Monstruos contra alienígenas va a superar a Remy, la rata cocinera. Pero, ¿qué tendrá esa ratita...? ¿Serán sus bigotes? Puede que me recuerde a alguna de mis añoradas mascotas; eso debe de ser.
Revisando fotos encontré recientemente dos de mis favoritas. En la primera, Jimmy muestra su cuerpo serrano mientras intenta hacerse con un grano de maíz. Fíjense qué torsión de lomo y qué brillo de uñas tenía.
En la segunda, el peludo Luigi asoma su naricilla. ¡Era capaz de dormirse hasta haciéndole perrerías! ¡Las pelis que nos habremos visto juntos! He de decir que esta foto la utilicé para ilustrar una postal de San Valentín. Pido perdón desde aquí a mis vecinos del 5º de entonces. Espero no haberlos asustado al enviarles una impresión a todo color con una declaración de intenciones dirigida a su preciosa hamster rusa. El pobre Luigi nunca obtuvo respuesta. Con lo bien dotado que estaba (de pelo, digo).

1. JIMMY


2. LUIGI




B.S.: Suzie Q de Creedence Clearwater Revival

Porto sentido


Siempre me han llamado la atención los extraños parpadeos eléctricos que nos activan la morriña y nos lanzan hacia el pasado. Olores, palabras, imágenes; cualquier detalle puede impulsarlo. Quién me iba a mí a decir esta mañana que desde una canción de Andrew Bird iba yo a caer en el recuerdo de un concierto de Rui Veloso en Foz. Las estaciones de la memoria me han hecho avanzar sin apenas rozar el empedrado desde el mercado de Bolhão, con sus puestos de frutas y sus tentadoras confiterías, hasta la húmeda Ribeira. Se hará entonces de noche y todas las luces reflejadas en el Duero me harán guiños de estrellas tiritando. Quizá me distraiga unos segundos y sin darme cuenta sean las cinco de la tarde y los niños se lancen al río para paliar el calor de julio. Si no llueve mucho, me apetecería entrar en el atardecer desde el Palacio de Cristal. El Piolho no queda lejos, y con la hora que va siendo, no vendría mal una francesinha.





B.S.: Skin is, my (Andrew Bird) y Porto sentido (Rui Veloso)