Ponga un roedor en su vida
Me encantan las pelis de animación. ¿Lo había dicho?
Eso sí, he de decir que desde Ratatouille no lloro de la risa ni me embobo con cada uno de los detalles. No, ni siquiera con Wall·E. Hoy descubro que tampoco Monstruos contra alienígenas va a superar a Remy, la rata cocinera. Pero, ¿qué tendrá esa ratita...? ¿Serán sus bigotes? Puede que me recuerde a alguna de mis añoradas mascotas; eso debe de ser.
Revisando fotos encontré recientemente dos de mis favoritas. En la primera, Jimmy muestra su cuerpo serrano mientras intenta hacerse con un grano de maíz. Fíjense qué torsión de lomo y qué brillo de uñas tenía.
En la segunda, el peludo Luigi asoma su naricilla. ¡Era capaz de dormirse hasta haciéndole perrerías! ¡Las pelis que nos habremos visto juntos! He de decir que esta foto la utilicé para ilustrar una postal de San Valentín. Pido perdón desde aquí a mis vecinos del 5º de entonces. Espero no haberlos asustado al enviarles una impresión a todo color con una declaración de intenciones dirigida a su preciosa hamster rusa. El pobre Luigi nunca obtuvo respuesta. Con lo bien dotado que estaba (de pelo, digo).
1. JIMMY
2. LUIGI
B.S.: Suzie Q de Creedence Clearwater Revival
5 comentarios:
Soy capaz de apreciar la belleza de los hámsters en las fotos, pero me resuenan las tripas sólo de pensar que pudiera tener uno cerca. Lo más cerca que he estado en mi vida de una rata fue cuando recibí clases de literatura (¿?) de Victorino Polo. Y prefiero que las cosas sigan así.
(Ah, por cierto, yo también me reí con Ratatouille)
He de decir Rubén que estoy de acuerdo con todo lo que has dicho, también con lo de los hamsters....jejejeje...Un saludo Marta, te sigo el blog.
Hola y perdona por la impertinencia: ¿cómo consigues poner el reproductor de canciones en las entradas del blog? Soy nuevo en estas lides y no tengo más remedio que preguntar a quien ya sabe.
Un saludo. Luigi C.
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(Comentario patrocinado por el tutorial "Bloguerismo" de José Daniel Espejo)
Hola! me recuerdan tanto a los hamster que tuve de pequeña, me acuerdo de cuando los ponia en el lavabo y los bañaba, pasaban unos días y aun seguian oliendo a jabón... también recuerdo que el primero que tuve nunca me mordio, siempre avisaba como diciendo ojo! eso no que me haces daño... y el segundo que tuve ese no tuvo tanta paciencia conmigo enseguida me echo el diente.
Besos Marta,
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